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La matriz de riesgo en derechos humanos: herramienta clave para la gestión empresarial | Gustavo Zambrano

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Escrito por Gustavo Zambrano (*)

En un entorno empresarial donde la transparencia y la responsabilidad social son cada vez más demandadas, la matriz de riesgo en derechos humanos se posiciona como un recurso esencial. Este instrumento no solo permite identificar y mitigar riesgos, sino que también alinea las operaciones corporativas con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos. A partir de la experiencia realizando evaluaciones de riesgo a derechos humanos aplicando estas matrices, quisiera compartir algunas ideas sobre su uso e implementación como parte de los procesos de debida diligencia.

Lo primero que me gustaría decir es que la matriz de riesgo es una herramienta analítica. Esta sirve para identificar, evaluar y priorizar los riesgos que las actividades empresariales pueden representar para el ejercicio de los derechos humanos de aquellos terceros (o grupos de interés) con los que se relaciona la empresa. A diferencia de otros enfoques, el riesgo se mide desde el impacto potencial o real que la actividad empresarial podría ocasionar sobre las personas, así como en las comunidades locales, grupos de trabajadores y otras partes interesadas. Su aplicación abarca diversos beneficios, que permiten una mejor gestión de la empresa:

  • Identificación de impactos, posibles y reales: Permite a las empresas reconocer riesgos relacionados con derechos humanos, por ejemplo vinculados con la seguridad laboral, el acceso a recursos naturales o el derecho a un ambiente sano.
  • Prevención y mitigación: Proporciona una base para estrategias proactivas que reduzcan riesgos a derechos humanos antes de que se materialicen.
  • Cumplimiento normativo y ético: Facilita el cumplimiento de marcos regulatorios nacionales e internacionales. Evita posibles enjuiciamiento.
  • Construcción de confianza: Refuerza la relación con actores clave mediante la transparencia de las acciones internas y externas.
  • Planificación efectiva: Identifica actividades necesarias para evitar riesgos y superar brechas en la gestión de derechos humanos. En este ámbito, puede respaldar y fortalecer el trabajo que desde la sostenibilidad ya se viene realizando.

El uso de esta herramienta implica necesariamente un enfoque estructurado, adaptable a sectores y regiones. Comienza con el mapeo de actividades y relaciones, donde se identifican riesgos vinculados a productos, servicios o partes interesadas. Ello incluye el alineamiento de los instrumentos de gestión interna con instrumentos de derechos humanos. Continúa con la evaluación del contexto operativo, la revisión de la cadena de valor y la valoración de riesgos. Es decir, evaluar qué tipo de derechos se vinculan con el tipo de actividad, y estos irlos identificando en cada parte de la cadena, para ir precisando qué escenario puede darse en cada caso. Esta última etapa clasifica los riesgos según su gravedad, ayudando a priorizar recursos, capacidades y planificar de forma ordenada las acciones a realizar. Finalmente, con los resultados se identifican brechas organizacionales y se desarrollan planes de acción concretos.

Por ejemplo, en el sector textil, la matriz permite identificar riesgos complejos como el trabajo infantil, el trabajo forzoso o la exposición a condiciones laborales insalubres en las cadenas de suministro, factores que impactan directamente la sostenibilidad de la industria y la confianza de los consumidores. Estas evaluaciones no solo revelan los problemas, sino que generan las bases para intervenciones integrales como el diseño de programas avanzados de capacitación para proveedores en derechos laborales y sostenibilidad. Además, facilitan la implementación de auditorías independientes altamente especializadas y la creación de sistemas robustos que garanticen salarios dignos, jornadas laborales equitativas y condiciones de trabajo seguras. Acciones como estas fortalecen la transparencia empresarial al integrar reportes públicos periódicos, fomentando así un entorno laboral más ético y alineado con los estándares internacionales más exigentes.

Cabe resaltar que una matriz efectiva trasciende el diagnóstico inicial. Su verdadero valor está en convertir los resultados en acciones concretas que incluyan:

  1. Definir prioridades claras: Enfocar recursos en las áreas de mayor severidad y probabilidad de riesgo a los derechos humanos.
  2. Diseñar intervenciones específicas: Desde mejorar condiciones laborales hasta implementar canales de quejas seguros.
  3. Asignar recursos adecuados: Planificar presupuestos, equipos y cronogramas basados en la evidencia.
  4. Establecer responsabilidades claras. Es necesario siempre reconocer al área encargada sobre todo al momento del reporte o monitoreo.
  5. Integrar aprendizajes operativos: Ajustar procesos para prevenir riesgos futuros.
  6. Monitorear y evaluar: Implementar indicadores clave que midan avances y permitan ajustes.

Además, esta herramienta puede evidenciar deficiencias internas como la falta de políticas claras, capacidades limitadas o sistemas de monitoreo insuficientes. Abordar estas brechas no solo previene impactos negativos, sino que también fortalece la gobernanza interna y construye capacidades a largo plazo.

La implementación de una matriz de riesgo en derechos humanos enfrenta además retos como garantizar la participación significativa de los grupos afectados. Esto requiere superar barreras culturales y de confianza. Las consultas con partes interesadas son importantes, no solo para identificar riesgos, sino también para construir relaciones de confianza duraderas.

En un mundo donde las expectativas sobre responsabilidad social y ambiental son crecientes, la matriz de riesgo en derechos humanos se erige como una obligación ética y una decisión estratégica. Su correcta aplicación permite a las empresas liderar el cambio hacia un modelo de desarrollo sostenible, para ser no solo rentable sino además responsable,  situando a las personas y sus derechos en el centro de la toma de decisiones. Las empresas que adopten esta herramienta estarán mejor preparadas para gestionar riesgos y se posicionarán como agentes de cambio positivo en una sociedad en constante evolución. Confiado en que esto se hace cada vez más real, espero que estas ideas les sean de utilidad. This is the way.


(*) Sobre el autor: Profesor TPA Auxiliar Ordinario de la Pontificia Universidad Católica del Perú PUCP y especialista en derechos humanos y derecho ambiental, en particular en temas de pueblos indígenas vinculados a la gestión territorial, el manejo forestal, el cambio climático, la gestión de reservas para pueblos indígenas en situación de aislamiento, y consulta previa.

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