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Florence Cassez y el mal derecho

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El caso de Florence Cassez que acaba de resolver la Corte Suprema de México es bastante interesante para el Perú por dos cosas: al igual que en México, en el Perú la justicia tiene pies de barro, y al igual que en México, aquí es común observar violaciones al debido proceso en los casos judiciales.

Florence Cassez es una ciudadana francesa que fue detenida en diciembre del año 2005 por supuestamente ser parte de una banda criminal dedicada al secuestro y la delincuencia organizada. Cassez fue detenida en circunstancias bastante llamativas, en una casa junto a su novio, Israel Vallarta, donde vivía junto a dos de sus supuestas víctimas. Cassez fue condenada tras un largo proceso a la pena de 96 años, la cual fue reducida, con posterioridad, a 60 años. Hasta ahí el suelo esta parejo ¿Cuándo aparecen los problemas? Sus abogados interpusieron un recurso de amparo contra la sentencia que llegó hasta la Corte Suprema Mexicana. En un inicio se presentó un proyecto de resolución que ordenaba su liberación pero fue rechazado por 3 de los 5 magistrados de la Corte. Ello motivó que la ponencia del amparo fuera trasladada a otro magistrado, cuya sentencia, que ordena la liberación de Florence Cassez, es el que estamos ahora precisamente comentando.

¿En qué pruebas o hechos se basó la Corte para emitir su sentencia? Centralmente en lo siguiente. Resulta que cuando Florence Cassez fue detenida por la policía no había sido en realidad detenida. Su detención se habría producido un día antes, y la detención que luego realizó la policía en vivo y en directo para los medios, no habría sido sino un montaje. El punto es que la Corte consideró que este hecho vició de entrada todo el proceso. Las leyes mexicanas, al igual que las leyes peruanas, señalan que ningún ciudadano puede permanecer detenido en una dependencia policial por más de 24 horas sin ser puesto a disposición del juzgado correspondiente. En el caso de Florence Cassez eso no ocurrió. Asimismo, la Corte sostuvo, a partir de la revisión de las pruebas y los testimonios que la incriminaron, que se habían detectado serías contradicciones entre lo que dijeron al inicio los testigos de sus supuestos crímenes, y lo que dijeron despues. En opinión de la Corte ello significó un error que en ningún caso debió pasar desapercibido para los jueces que la condenaron.

Al final, la Corte Suprema decidió liberar a Cassez y declarar nulo todo el proceso. ¿Su sentencia fue acertada? Es algo que no es relevante responder ahora. Lo que si me importa subrayar en todo caso es la relación que existe entre un fallo condenatorio pero con vicios del procedimiento muy groseros y la mera impunidad. Ambas cosas no son lo mismo pero se parecen. Un delincuente puede ser culpable pero ser condenado sin pruebas, y viceversa, una persona puede ser inocente y ser condenado con pruebas falsas. Un proceso viciado a la larga termina ayudando a los criminales, pues, al margen de que su responsabilidad este probada o no, se da pie a que sus sentencias sean declaradas nulas. El proceso de Florence Cassez debería servirnos para mirarnos un poco en el espejo de nuestra propia realidad y tomar conciencia de que un mal derecho, aun cuando sea bienintencionado, le hace el juego a la impunidad y el crimen.

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