Introducción: el arte de la guerra y los tres principios para diseñar la estrategia del caso
Como ha sido señalado en la introducción, la importancia de la investigación, construcción y planteamiento de un caso, así como la implementación de la estrategia de defensa del caso ante un Tribunal no ha despertado mayor interés en la enseñanza y estudios del Derecho, pese a su trascendencia no sólo teórica sino, sobre todo, práctica. En efecto, nuestro sistema de adjudicación de derecho y obligaciones (entre ellos incluyo a todos los tipos de procesos y procedimientos judiciales, administrativos y arbitrales) se sustentan, primordialmente, sobre la labor de los abogados[1][2]. Son ellos los que solicitarán la aplicación de una determinada norma al caso de su cliente; los que aportarán la evidencia que sustente su pedido; los que construirán los argumentos que justifiquen que la norma invocada es aplicable al caso que defienden; entre otras labores que deberán realizar para defender adecuadamente el caso que planteen ante un Tribunal.
Cabe agregar, además, que los estudios e investigaciones acerca del planteamiento y el diseño estratégico de un caso han adquirido mayor importancia, en tanto que nuestro sistema procesal sancionador, en especial, el penal y, en menor medida, el administrativo sancionador, se están orientando hacia un sistema acusatorio o adversarial, en donde la defensa de los derechos e intereses de las partes dependerá de la labor de los abogados de las partes, y ya no tanto del Juez. Dentro de este modelo, el juez no investiga, sólo se concentra en resolver el caso, tal como le ha sido planteado por las partes y sobre la base de la evidencia ofrecida por ellas. Excepcionalmente, podrá requerir la actuación de nuevas pruebas.
Asimismo, en el caso de la defensa de intereses comerciales o civiles, el boom que se puede observar de los arbitrajes también obliga que los abogados tengan que realizar una investigación, construcción, planteamiento y diseño estratégico más riguroso de su caso, en tanto que los árbitros tienen una mayor especialización y tiempo para analizar con mayor cuidado y rigor los argumentos y pruebas de las partes[3].
Desde mi punto de vista, y siguiendo las ideas de Sun Tzu, el planteamiento y el diseño de la estrategia de un caso debe seguir los siguientes principios:
(i) Conócete a ti mismo: conoce las fortalezas y debilidades tanto de tu caso como de ti mismo. Es vital para un abogado conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles de las hipótesis que maneja, a efectos de que pueda concentrar toda su argumentación en los puntos fuertes y reducir al mínimo los puntos débiles de su caso y prever las posibles respuestas que dará ante los ataques que pueda recibir sobre ese flanco. Asimismo, el abogado debe conocer los intereses de su cliente; hasta dónde está dispuesto a llegar en el caso y cuáles son los riesgos que aceptaría. En otras palabras, el abogado debe conocer a profundidad los intereses de su cliente, dado que, en última instancia, es este último quien tomará las decisiones trascendentales del caso.
(ii) Conócete a tu contraparte: conoce las fortalezas y debilidades de tu contraparte como de su caso. Al igual que en el punto anterior, el abogado debe conocer cuáles son los puntos fuertes y débiles de la teoría que podrá plantear su contraparte; cuáles son las posibles respuestas que podrá emplear para atacar dicha teoría; hasta dónde estaría dispuesto a llegar su contraparte y qué riesgos podría asumir en la disputa del caso. También debe conocer, hasta donde sea posible, los intereses y la sicología de su contraparte, dado que ello le permitirá anticipar sus movidas, los riesgos que ella estaría dispuesta a asumir y, dependiendo de ello, explorar las diversas posibles soluciones a su caso: una negociación, conciliación, un juicio.
(iii) Conoce – y, si puedes, elige – el campo en el cual se resolverá la disputa jurídica: conoce el foro en el cual se desarrollará la discusión jurídica del caso. El foro jurídico a discutir podría ser, entre otros, un arbitraje, un procedimiento administrativo, un proceso civil, constitucional o penal. Cada uno de estos foros implicará distintas estrategias por parte del abogado, en tanto que las reglas procesales, de prueba y la forma de razonamiento de la autoridad encargadas de resolver el caso variarán según el foro.
El objetivo de un abogado que ha decidido ir a juicio es la victoria. Para ello es necesario que conozca a profundidad las fortalezas y debilidades de su caso, las del oponente y el espacio en el cual se resolverá la disputa a efectos de que, como bien decía Sun Tzu, resulte invencible.
En el libro Litigación, argumentación y teoría del casose exponen los desarrollos teóricos, técnicas y herramientas desarrolladas en la doctrina sobre derecho probatorio, litigación y teoría de la argumentación que permitan a los abogados conocer su caso (el primer principio para el diseño de una estrategia exitosa de un caso). Asimismo, esos desarrollos les podría servir a los abogados para conocer a profundidad los puntos débiles y fuertes de su(s) caso(s) que tienen o le han sido asignados.
[1] BINDER, David y Paul Bergman. Fact investigation. From hypothesis to proof.West Publishing, 1984, p. 5.
[2] Por abogado se entiende la labor del abogado de parte, que puede representar tanto intereses privados como intereses públicos (por ejemplo, el fiscal o los órganos instructores de la Administración Pública).
[3] Sobre este punto, se puede consultar el artículo de BULLARD, Alfredo y Huascar Ezcurra. QUE GANE EL MEJOR. ¿CÓMO GANAR UN LITIGIO ARBITRAL? En: DEIURE, Revista para litigantes. Linares Abogados, Nº 1, setiembre de 2007, pp. 93 – 114.