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Entrevista a Oscar Vidarte sobre la crisis en Venezuela

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Entrevista realizada por Luis Mena al analista internacional Oscar Vidarte sobre la crisis en Venezuela

IUS 360: En la última jornada de protestas se ha acusado al Gobierno de Venezuela de haber violado derechos fundamentales ¿Qué opina al respecto?

Creo que el gobierno de Maduro y el régimen chavista han demostrado que en situaciones límite, y en general a lo largo de los últimos quince años, han llevado a cabo violaciones a algunos derechos fundamentales y otros reconocidos en cartas internacionales. En esta situación límite se ha visto con mayor claridad: no solo penalizando la protesta –en muchos casos la protesta puede ser totalmente legítima y hasta legal– sino que además recurriendo a la represión ante la misma. También en detenciones que podrían ser ilegales, en denuncias de torturas y de violaciones y hasta en control de medios. Sobre este último punto, no es muy democrático –que no es lo mismo que decir antidemocrático- cerrar o presionar para el cierre de cadenas como NTN24 (técnicamente lo que Maduro ha hecho es cerrar su emisión por medio del cable, lo que estaría a punto de hacer también con CNN). Tampoco es muy democrático que un gobierno se encargue de armar a la sociedad civil a través de milicias, las mismas que terminan dando seguridad a algunos sectores desfavorecidos en Venezuela pero terminan también siendo baluartes del tráfico de armas y drogas. En conclusión, yo creo que hemos visto en las últimas semanas, sobre todo en las protestas de estos días, una serie de actos que obviamente rozan lo que son los derechos fundamentales de las personas y en general muchos de los compromisos asumidos por Venezuela a nivel internacional.

IUS 360: Se cuestiona tanto a la UNASUR por no haber sido lo suficientemente enérgica en su rechazo a la situación, como también a los organismos internacionales por su pasividad frente a lo ocurrido ¿Cómo ve usted la situación?

Estoy convencido de que los Estados por sí solos tienen algunas incapacidades tanto jurídicas como políticas para responder a lo que puede estar sucediendo en Venezuela. Debemos comprender que en Venezuela no estamos solamente ante las irregularidades por parte de un gobierno, también estamos ante intereses dentro la oposición por tumbar al gobierno existente. Acordémonos que detrás de la oposición se encuentran dirigentes como Leopoldo López, quien estuvo implicado en el golpe de estado del año 2002 –el cual, dicho sea de paso, era un golpe de Estado contra un presidente elegido democráticamente-. Así que no hay solamente intereses de un lado, sino del otro también.

En este escenario, como mencioné, creo que los Estados por sí solos tienen muchas barreras para poder desenvolverse. De ahí que particularmente considere que mucho de lo que se le dice al presidente Humala de no actuar más enérgicamente no es lo más adecuado. ¿Por qué? Por un lado, porque políticamente es inadecuado. Un país tiene intereses propios. Ni siquiera Colombia ataca directamente al gobierno de Maduro  porque sabe que tiene intereses, y obviamente no quieren que la afrenta o la situación venezolana afecte su negociación con las FARC. Entonces, como hombre de estado el presidente Humala, quien encabeza nuestras relaciones exteriores, no puede o no debería afectar los intereses que tenemos con Venezuela. Por otro lado, desde el aspecto jurídico, entramos en un debate planteado hace décadas entre lo que se llamaba la doctrina Betancourt y el pluralismo jurídico. En este debate lo que quedó claro es que los Estados no deberían catalogar qué cosa es democracia o no en otro país, ni hacer nada al respecto. Por eso justamente se crean mecanismos multilaterales para enfrentar este tipo de amenazas -que es lo que venimos desarrollando básicamente las últimas dos o tres décadas-.

Habiendo dicho esto, yo sí creo que el espacio propicio para discutir estos temas es el ámbito multilateral. No pensándolo como un espacio de crítica a Maduro, sino como un espacio que vele y se preocupe por una situación que cada vez es más caótica en Venezuela -situación que implica muertos y que implica también una real desestabilización-. Es decir, sirviendo a que en Venezuela se dé una verdadera calma y que esta polarización no continúe causando los estragos que hoy estamos viendo, los que impiden el desarrollo normal de lo que es la sociedad venezolana. Me parece que la UNASUR o la OEA cuentan con los mecanismos para de alguna manera crear mayor participación en este conflicto. Ahora, ciertamente algunos de estos instrumentos son aun instrumentos en proceso de desarrollo. Mucho se le critica a la UNASUR y lo que se olvida es que ésta no tiene más de cinco o seis años, y que se trata de un mecanismo que está en proceso de creación, de desarrollo. No podemos crucificar a la UNASUR en ese sentido, pero sí creo que debería tener un papel mucho más activo velando sobre la situación. Ahora, algunos creen que la UNASUR debería ir contra Maduro, pero no. La UNASUR debería concentrarse sobre la situación que es verdaderamente caótica; que se respeten los derechos que pueden ser afectados tanto por la oposición como por el oficialismo, esa debería ser la propuesta en este momento de UNASUR: propiciar el dialogo  y tratar de ayudar a tender puentes entre ambas partes.

IUS 360: Respecto al caso peruano ¿Qué opina de la actitud del Estado?

Como ya mencioné, políticamente no es aconsejable y jurídicamente no me parece factible, el debate está muy claro. No podemos regresar al a doctrina Betancourt de que yo decido quien es democrático y quien no es democrático. Betancourt decía justamente eso: no mantener relaciones diplomáticas con países que son autoritarios. El problema está en la autoridad para decidir quién es autoritario y democrático y quién no, y para la imposición de algún tipo de sanción. Eso es intervención en los asuntos internos de otro país. Asimismo, al Perú políticamente no le conviene abrir una afrenta con Venezuela, más aun cuando en la región, seamos sinceros, hay muchos países que apoyan a Venezuela. Para eso existen mecanismos institucionales multilaterales para actuar frente a estos escenarios. ¿Pueden ser algo ineficientes? Sí, pueden serlo, pero es el camino que estamos construyendo en este momento.

Ahora, eso no implica que no se haya dicho nada. El gobierno peruano ha tenido dos declaraciones y ha sido muy claro al igual que los gobiernos de Chile, Colombia y otros más. En este sentido, ha sido muy claro en el respeto a los derechos de las personas, en el respeto al Estado de Derecho, en la importancia del dialogo y los puentes entre las partes de un país fragmentado. Estos son temas que están presentes en las diferentes declaraciones que ha habido en la región con respecto al caso Venezolano.

IUS 360: Se escucha que podría darse un golpe de Estado ¿Le parece legítimo y viable que se dé?

Normalmente,  un golpe de Estado por su propia naturaleza es ilegal. Ahora, otra cosa es que sean legítimos, pues la legitimidad de un golpe no se sustenta en la norma, sino que se sustenta básicamente en el apoyo que tiene una acción. Y algunas veces terminamos frente a acciones que pueden ser ilegales pero muy legítimas y van a ser reconocidas como válidas en el tiempo. Ese es el dilema del derecho y la política, sobre todo en el ámbito internacional. Sin embargo, yo creo que hay sectores en la oposición comprometidos con que se produzca una salida del régimen. Eso es justamente lo que Capriles ha criticado, siendo él de la misma oposición. Él ha criticado sectores como el de Leopoldo López por vender falsas expectativa, y creer que este escenario de protesta llevará a un final del régimen. El tema es si eso estaría desconociendo la existencia un 50% de la población que apoya al régimen de Maduro. No podemos desconocer que hay una gran parte de la población que ha apoyado a Maduro en las últimas elecciones y que gracias a ello las ha ganado -las ganó en las municipales y las ganó en las presidenciales, además que ya se demostró que no fueron fraudulentas- . Lo que quiero decir es que no puedes desconocer la voluntad de esa parte de la población. Es decir, ¿qué tan legítimo puede ser un intento de derrocamiento del régimen de Maduro? Yo creo que es el intento de Leopoldo López y creo que de alguna manera eso se demuestra con los gritos de “vete ya” o “fin del régimen” y me pareciera que algunos quisieran que Venezuela se pareciera un poco más a Ucrania en la actualidad.

Ahora, no solamente hay que leer el golpe de Estado a partir de lo que la oposición o cierto sector de la oposición busca. También podría verse orquestado al interior del propio régimen oficialista, Capriles ha señalado que habría diferencias dentro del mismo gobierno que llevaría a que otros sectores suplanten a Maduro; y esto no es novedad. Desde hace un año, antes que Maduro sea elegido presidente, se discute que en el chavismo hay dos grandes tendencias: la marcada por Cabello –presidente de la asamblea nacional- mucho más militarista ya que él es militar, y la marcada por Maduro, mucho más cercana a Chávez y a Cuba. Esas son dos claras tendencias que están en conflicto dentro del chavismo. Lo que Capriles ha dicho es algo que se ha dicho en los últimos 10 meses en más de una ocasión: existen tensiones internan que podrían llevar a que ese sector no madurista termine, pues, desplazando a Maduro del poder en una situación de crisis generalizada. Entonces, creo que existen varios escenarios donde podemos plantearnos una ruptura del orden constitucional, tanto desde la oposición como desde el propio oficialismo.

IUS 360: ¿Qué opina de la detención de Leopoldo López?

En principio pareciera que detener a alguien por fomentar una protesta con respecto a la situación económica o a la inseguridad no debiera ser razón por la que un ser humano deba ser apresado. Ahora, a Leopoldo López se le está deteniendo por temas vinculados a la violencia, asociación ilícita para delinquir y otros que el gobierno tendrá que demostrar. Es decir, se tendrá que demostrar si realmente Leopoldo López ha construido toda una red de cara a generar violencia contra el Estado venezolano -que es justamente de lo que se le está acusando-. No te pueden decir que tú promueves la violencia si es que haces una protesta, de lo contrario todas las protestas serian penalizadas. Hay que ver entonces como demuestra la fiscalía venezolana que Leopoldo López ha llevado a cabo una serie de delitos, porque más allá de una protesta que no tenía permiso -y que debería ser totalmente permitida-, no existen indicios que indiquen que él haya promovido actividades violentas o ilícitas. No lo sabemos aún, y yo quiero creer que no hasta el momento. La fiscalía venezolana va a tener que demostrar esos temas. Por lo pronto, la misma fiscalía desestimó delitos como el de terrorismo, que parecían no tener cabida alguna en este escenario, pero los otros hay que demostrarlos. Hay que mencionar que existen muchas dudas porque hay que entender que Leopoldo López estuvo muy involucrado con el golpe de Estado del 2002 y ha evocado actividades tendientes a favorecer el golpe de Estado. Entonces, ese es un rezago de su pasado que de alguna manera podría estar condenándolo, pero, nuevamente, habría que demostrar en este momento si es que realmente comete este tipo de acciones, lo cual hasta ahora no se sabe o no se conoce.

IUS 360: La situación se ve muy complicada ¿Hasta dónde cree que va a llegar este conflicto?

Definitivamente, la única salida que tiene esto es a través del diálogo. La pregunta es ¿hay capacidad de diálogo en el oficialismo venezolano? Particularmente pienso que no hay capacidad de diálogo. Quince años de chavismo han demostrado que su capacidad de diálogo con la oposición es nula. En algún momento Maduro ha intentado establecer canales de dialogo, sobre todo a raíz de la muerte de Mónica Spear, tras lo cual hizo una reunión con los alcaldes y opositores, pero al final solamente sirvió para la foto, por así decirlo. Entonces, la vedad es que la capacidad de diálogo del oficialismo -más si en principio comienzas señalándolos a todos como fascistas, con lo cual terminas diciendo que el 50% de la población es fascista- es muy limitada. El diálogo en una sociedad fracturada es fundamental.

Ahora ¿la protesta va a continuar? La protesta va a continuar dependiendo de qué tanto Capriles y ese sector que no es cercano a Leopoldo López apoyen la marcha. Yo creo que hasta el momento no vemos a un Capriles comprometido con la marcha. Y por más de que Leopoldo López esté en la cárcel y que esto pueda servir de incentivo a la protesta, si la oposición en su conjunto no se adhiere a la marcha, me parece que las protestas pueden acabar. Ello no porque la población esté contenta con Maduro, sino porque una marcha o una protesta requieren de sectores institucionales articulados que brinden recursos y que permitan mantener la protesta, y eso se lograría solamente con el apoyo de toda la oposición, yo no veo a Capriles convencido. En principio, Capriles tiene otra estrategia de lo que debe ser su enfrentamiento al gobierno y esta no consiste en una afrenta frontal contra el gobierno, que lo único que va a ocasionar son muertes y que va a polarizar aún más a la población. Lo que él sabe es que cualquier gobernante que venga después de Maduro, sea oficialista o de oposición, se va a encontrar con un país fragmentado y así no se puede llevar a cabo nada. Entonces, él no quiere eso, Capriles quiere que el gobierno implosione con un objetivo fundamental: que haya un consenso en la sociedad, en todos los sectores, que es necesario un cambio de régimen, y ahí él aparece como el perfecto candidato. Me parece que eso es lo que busca Capriles, yo no creo que Capriles se vaya a comprometer con la protesta. Es más, quiero adelantarme a manera de oráculo: yo creo que si no se compromete él, la protesta debería reducirse en las próximas semanas -como pasó luego de las elecciones del año pasado, donde la protesta duró dos o tres días y se acabó-. Y eso no significa que no exista descontento popular, sino que Capriles tiene otra manera de entender su enfrentamiento con el gobierno, un gobierno que en diez meses ha demostrado ser altamente ineficiente en todo sentido de la palabra.


Analista internacional y docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, docente de la Universidad del Pacífico y la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

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