- Escrito por Jazmín López Altamirano
El actual presidente de Polonia, Andrzej Duda, ratificó el pasado 07 de febrero la polémica ley que prohíbe a los ciudadanos polacos afirmar que su país fue cómplice del Holocausto. La razón de ser de la mencionada ley, según el mandatario, es salvaguardar la reputación de los ciudadanos. Ir en contra de la medida podría costarles hasta tres años de pena privativa de la libertad[1].
Representantes de países como Estados Unidos e Israel fueron los primeros en criticar dicha medida, ya que, si bien es cierto fueron las autoridades alemanas las que construyeron los campos de concentración en territorio polaco[2], esto no exime de responsabilidad a muchos ciudadanos de este país que colaboraron con el gobierno Nazi; negar estos acontecimientos no solo conduce al negacionismo (negación de la existencia del Holocausto judío), sino también afecta de manera grave la libertad de expresión de la población polaca.
Ante este hecho importante, cabe realizar las siguientes interrogantes: ¿La medida ratificada por el presidente polaco es constitucional? ¿En qué se diferencia con el negacionismo prohibido en ciertos países de Europa como Alemania, Francia, Bélgica y Suiza?
Según el Art. 54 inc. 1 de la Constitución polaca, “la libertad de expresar opiniones, de adquirir y difundir información se garantizará a todos”. Es decir, la libertad de expresión es un derecho de rango constitucional, por lo que debe ser optimizado en la mayor medida posible. Sin embargo, esto no significa que puede ser usado para la difusión de ideas y pensamientos contrarios a la misma esencia de la Constitución, afectando así bienes y derechos constitucionalmente protegidos, como el derecho a la verdad, justicia y reparación de las víctimas.
Está claro que el negacionismo pretende ocultar o, en el mejor de los casos, minimizar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, generando como resultado una categorización en el estrato más bajo a las víctimas del Holocausto. Por ello, la prohibición del negacionismo no vulnera ningún derecho fundamental.
La diferencia entre la ley ratificada por el presidente polaco y el negacionismo prohibido en los cuatro países europeos ya señalados, reside en que el primero no solo pretende cambiar la historia ya corroborada por diversas fuentes confiables, investigadores e historiadores[3] que señalan lo contrario a la medida, sino que, además, vulnera la libertad de expresión de la población polaca. El asumir responsabilidad por actos cometidos por algunos polacos en colaboración con el gobierno Nazi no representa una vejación del país en mención, sino que ayuda a formar conciencia de los crímenes cometidos durante ese período.
Gracias a la prohibición del negacionismo en Francia, se pudo sancionar en 1991 a Jean-Marie, líder del Frente Nacional (FN), debido a que en una de sus declaraciones sostuvo que las cámaras de gas, usadas para exterminar a miles de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, fueron solo un pequeño “detalle en la historia de la Segunda Guerra Mundial”[4].
Así, la sanción contra el negacionismo ha logrado grandes cambios históricos y, a su vez, la medida ha hecho posible sancionar a aquellos que intentan minimizar los delitos de lesa humanidad cometidos contra el pueblo judío. Amparar el negacionismo significa dejar en el olvido hechos relevantes que merecen ser contados a futuras generaciones. Es por ello que la medida ratificada por el presidente polaco no solo es inconstitucional, sino que afecta el derecho a la justicia, verdad y reparación de las víctimas del Holocausto.
[1] Sahuquillo, M. R. (2018, febrero 7). El presidente de Polonia ratifica la polémica ley sobre el Holocausto. El País. Recuperado a partir de https://elpais.com/internacional/2018/02/06/actualidad/1517927236_811482.html
[2] En Polonia estaban ubicados los tres campos de concentración más grandes elaborados y diseñados por la Alemania Nazi: Auschwitz, Treblinka y Varsovia. Lugares donde perecieron cerca de 2 millones de judíos.
[3] Un claro ejemplo de la participación de algunos ciudadanos polacos en el exterminio del pueblo judío es lo ocurrido en la localidad de Szczuczyn, donde 300 judíos fueron asesinados por sus vecinos polacos.
[4] País, E. E. (2006, febrero 19). Negacionismo, un delito sólo en algunos países. El País. Recuperado a partir de: https://elpais.com/diario/2006/02/19/internacional/1140303604_850215.html
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