Michael Flynn, exconsejero de seguridad nacional de Donald Trump, ha señalado que amparándose en su derecho a no declarar (Quinta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos), no asistirá al Senado, el cual se encuentra investigando las conversaciones sostenidas con Sergey Kislyak (embajador ruso) antes de la toma de presidencia de Trump, y la falta de transparencia en sus negocios.
Junto a ello, según The New York Times[1], luego de la renuncia de Flynn, Trump habría presionado a James Corney (entonces director del FBI) para que archivara el caso. Hace unas semanas fue despedido, pero Corney testificará en el Senado.
Se cree que habría existido una complicidad entre el equipo de Trump y Moscú para que el primero llegue a la Casa Blanca, y exista una implicancia en las relaciones financieras con Rusia.
Robert Mueller fue nombrado por el Departamento de Justicia para investigar el caso.
Fuente de imagen: Michael Flynn, en el vestíbulo de la Torre Trump de Nueva York, el pasado enero. DREW ANGERER AFP
[1] http://internacional.elpais.com/internacional/2017/05/22/estados_unidos/1495462955_754233.html