Introducción
«En esta entrega el profesor Juan Patricio Cotter (connotado jurista argentino especialista en temas aduaneros y de comercio internacional) nos comenta sobre la importancia de la interacción entre la autoridad aduanera y los operadores de comercio exterior, entendida dicha interacción como pilar fundamental para lograr que los despachos aduaneros sean ágiles pero a la vez seguros.
En dicho contexto, como señala el profesor Cotter, la comunicación permanente y fluida entre el sector público y el privado encuentra como expresiones tangibles tanto los foros consultivos de debate como la actuación de profesionales debidamente capacitados (agentes de aduana), máxime en un contexto como en el actual, en el que la crisis económica global genera tendencias al proteccionismo y al comercio desleal». [Julio Guadalupe]
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Es claro que el desafío de la Aduana moderna resulta sumamente complejo, pues debe procurar controlar los ingresos y egresos de mercaderías de manera rigurosa, teniendo especialmente en cuenta el aumento del terrorismo, el comercio desleal, el fraude, el tráfico de drogas y, en general, los problemas derivados de la delincuencia internacional organizada que, obviamente, buscan puertos con menores controles, y a la vez, desarrollar su nuevo papel de facilitadora del comercio internacional, a cuyo resguardo los administrados podrán optimizar costos de manera de lograr competitividad en este mundo globalizado.
Es importante, además, destacar el rol de las Aduanas en este escenario de crisis internacional. La importancia del aporte aduanero en el marco de la competitividad resulta indudable. La facilitación del comercio internacional, resulta determinante para la disminución de los costos aduaneros y de logística. Y, en esta línea, es evidente que la eficacia y la celeridad de los controles y procedimientos aduaneros, resultan determinantes.
En definitiva, no se trata de no controlar para facilitar el intercambio comercial sino que se trata de controlar de manera eficaz. Simplificar los procedimientos y adecuar la actividad administrativa a patrones estándares internacionales que permitan un adecuado flujo comercial debidamente controlado.
Específicamente, en torno a la facilitación, debemos destacar que, en el mes de junio de 2005, la Organización Mundial de Aduanas (OMA) elaboró el marco normativo para asegurar y facilitar el comercio global, que establece los principios y las normas a modo de pautas mínimas de actuación, para su adopción por los países miembros.
El marco de la OMA tiene por finalidad:
a) Establecer normas que garanticen la seguridad de la cadena logística y que faciliten el comercio a escala mundial, con el objeto de aumentar la certidumbre y la predictibilidad.
b) Permitir una gestión integral de la cadena logística en todos los medios de transporte.
c) Ampliar el papel, las funciones y las capacidades de las Aduanas de modo que puedan hacer frente a los desafíos y aprovechar las oportunidades del siglo XXI.
d) Reforzar la cooperación entre las Administraciones de Aduanas a fin de mejorar sus capacidades para la detección de los envíos de alto riesgo.
e) Reforzar la cooperación entre las Aduanas y las empresas.
f) Fomentar la circulación fluida de las mercancías a través de cadenas logísticas internacionales seguras.
A partir de estos principios, cabe señalar los cuatro elementos básicos del marco normativo de la OMA. Los cuales son:
1) Armonización de los requisitos relativos a la información electrónica previa.
2) Coherencia y patrones comunes en los análisis de riesgo para abordar cuestiones de seguridad.
3) Interacción entre las administraciones aduaneras, inspección en origen frente al pedido razonable del país de destino, en los casos de alto riesgo.
4) Determinación de ventajas de los actores que cumplan con las normas mínimas de seguridad.
Como podemos observar, el marco normativo de facilitación tiene dos pilares básicos de entendimiento. El primero de ellos es la profundización de las relaciones entre las administraciones aduaneras y el intercambio genuino de información. El otro pilar es la adecuada y permanente relación entre las administraciones aduaneras y el sector privado.
En este marco de entendimiento, como vemos, resulta sumamente importante la palabra cooperación. Esta cooperación debe estar estructurada en dos niveles principalísimos. En primer lugar, corresponde destacar la importancia de la cooperación entre las distintas administraciones aduaneras y, especialmente, los protocolos de intercambio de información. Estos intercambios de información, incluso en ocasiones generados de manera anticipada, permiten detectar alertas tempranas de modo que el accionar administrativo pueda anticiparse a las cargas sospechosas.
Así, en lo que respecta a las relaciones entre las Aduanas del mundo, uno de los temas fundamentales es el intercambio anticipado de información. A ese efecto, la OMA entiende aconsejable el intercambio electrónico de información, a cuyo efecto los sistemas deberán basarse en mensajes armonizados que sean inter-operables. Para apuntalar un control eficaz y que el proceso no obstaculice la circulación fluida de las mercancías, en la inspección de envíos de alto riesgo las Administraciones de Aduanas deberán emplear tecnologías modernas, que comprenden, entre otras, las máquinas de rayos x y de rayos gamma de gran potencia y los dispositivos que detectan radiación. La utilización de tecnologías modernas a fin de preservar la integridad de la carga y de los contenedores, constituye otro punto fundamental de este pilar.
Como anticipamos, también resulta sumamente importante la cooperación entre las administraciones aduaneras y el sector privado. En relación al marco de entendimiento entre las Administraciones Aduaneras y los particulares, comienza a considerarse a las empresas de las cadenas logísticas como colaboradores asociados en las tareas relacionadas con la seguridad. Empiezan, en este marco, a aparecer los regímenes de operadores autorizados o habilitados.
Resulta también muy importante la implementación de foros consultivos en donde interactúen y debatan el sector privado con el sector público. Cierto es que la administración tiene que administrar y el sector privado acatar las normas legales aplicables, pero no es menos cierto que el intercambio de ideas y la participación de los operadores en la elaboración de las propuestas puede ser sumamente interesante y mejorador de la realidad. De manera que resulta sumamente valiosa la creación de ámbitos de debate de ideas.
Estas y tantas otras notas características de la actualidad del comercio internacional, denotan el rol fundamental del despachante de aduanas a la vez que los obligan a su permanente capacitación y actualización. Su actuación, como auxiliar del servicio aduanero, resulta determinante. Un comercio internacional cada vez más tecnificado requiere de la activa participación de profesionales idóneos.
Por ello resulta destacable que el Código Aduanero del Mercosur haya previsto expresamente la figura del despachante, brindando definiciones generales y dejando a cargo de cada nación la determinación de los requisitos específicos, así como también dejando a su arbitrio si la función debe ser obligatoria u opcional.
En la Argentina, también resulta sumamente importante la figura del Depositario Fiel establecida mediante las Resoluciones Generales AFIP 2573 y 2721/09. La delegación de funciones de guarda y custodia de la documentación aduanera denota la confianza de la administración en la figura del despachante de aduanas.
También merece señalarse la firma del convenio de colaboración suscripto entre la Organización Mundial de Aduanas y ASAPRA, asociación de profesionales de aduana de las Américas, especialmente el Memorándum de Entendimiento suscripto y las reuniones realizadas en San Pablo (2012) y en Buenos Aires (2013).
El Convenio tiene un alcance significativo, visto que destaca la importancia del rol del despachante en la búsqueda de un comercio exterior competitivo y seguro. Mediante este convenio la OMA reconoce el papel transcendental del despachante en el movimiento de mercaderías, como enlace natural entre las empresas del sector privado y la autoridad aduanera, como garantes de la facilitación comercial y seguridad de las naciones.
En definitiva, las nuevas premisas de la OMA en torno a la facilitación del comercio legítimo, deben ser implementadas en el marco de un mundo globalizado, en crisis económica, en donde existe una tendencia general al proteccionismo y al comercio desleal, y con las cuestiones de seguridad instaladas en las fronteras desde el 11/09.
El escenario es complejo, compatibilizar celeridad con seguridad requiere de expertos. La OMA propicia la interrelación entre la Aduana y el sector privado para facilitar el comercio, brindando seguridad a los ciudadanos. En este marco el rol del despachante se hace cada vez más relevante.