IUS360 – El portal jurídico de IUS ET VERITAS

Escrito por Gustavo Zambrano (*)

¿Por qué es necesario incorporar el enfoque de interculturalidad en el trabajo que realizamos? Pongámoslo de otra manera. En aquellos casos en los que un proceso de gestión, de producción, o un proyecto o actividad que se intente ejecutar en el territorio nacional, sea de carácter público o privado, pueda estar dirigido a personas que pertenecen a diversas culturas, debería considerarse el enfoque de interculturalidad. La pregunta es por qué. 

La premisa inicial es sencilla. El Perú es un país pluricultural, es decir, hay diversidad cultural, representada mayoritariamente por pueblos indígenas (que puede incluir a comunidades campesinas y comunidades nativas) y por la población afroperuana; también puede comprender algunas minorías étnicas, e incluso personas provenientes del extranjero. Entonces, frente a lo que hacemos desde los ámbitos público o privado,habrá que preguntarse ¿esta actividad, se dirige o se sabe dirigir a esa diversidad cultural, considerándola en todo momento? Veámoslo de otra manera. La forma cómo diseñó lo que voy a realizar o implementar, ¿está pensado o escrito en clave monocultural, es decir, pensado desde mi cultura únicamente? ¿La diversidad cultural fue tomada en cuenta al momento del diseño de lo que se piensa hacer? ¿se conversó con esa diversidad para saber qué necesitan, cómo lo necesitan, si lo necesitan y si la propuesta es adecuada a su realidad cultural? Lo que la diversidad cultural nos dijo, ¿lo incorporamos en la actividad que se va a hacer o solo fue escuchado, aplaudido pero no agregado? Y luego, ¿la diversidad cultural va ser parte de la manera cómo se van a llevar a la práctica aquellas ideas que se piensan operativizar en sus territorios, distritos, localidades, provincias, regiones? 

Si lo que se diseña y luego implementa está pensado desde lo monocultural, y la realidad es pluricultural, el resultado causal de uno en el otro es que lo que se pensó como un logro de la actividad no se alcance en la realidad, o que el impacto solo se evidencie en los de la misma cultura, o que el fracaso sea la constante debido a que no se consideró lo que la variable cultural puede aportar para su implementación. ¿Por qué querer hacer algo que en idea puede incluso resultar positivo, agradable, beneficioso, pero que no está pensado para ser acogido por la diversidad cultural, en tanto está ni siquiera fue tomada en cuenta en su diseño? ¿Eso no sería una imposición?

Ahora, el escenario previo además está matizado, por decirlo de alguna manera, por la forma cómo vemos y reconocemos esa diversidad cultural. ¿Qué pasaría si además de no considerar a la diversidad cultural en lo que hacemos, resulta que no lo hacemos porque existe la idea de que no son capaces, no aportan, o que pues, son menos que los que diseñan, seres animados a los que hay que tutelar? La existencia del racismo en la manera cómo se reconoce a la diversidad cultural resulta una traba enorme en las mentalidades de quienes tienen la decisión final sobre actividades que pueden dirigirse a las condiciones de vida de estos grupos diversos. Esta forma de verles además limita su acceso al espacio donde se puede aportar y/o decidir sobre qué hacer en relación a actividades que incluso están dirigidas a ellos. De manera adicional, la existencia de imaginarios y prejuicios en la forma cómo se visualizan a las personas culturalmente diversas pueden estar llenas de superficialidades, folclorismos, fantasías que no se condicen con la realidad, lo que termina acentuando ideas que terminan dañando el respeto a la diversidad cultural.

La incorporación del enfoque de interculturalidad entonces debe entenderse desde su vertiente práctica como aquella herramienta que permite visibilizar no solo que la diversidad cultural está presente, sino cómo ajustar procesos para que lo que se haga tenga en cuenta esa diversidad y no la niegue o invisibiliza. En varias oportunidades hemos escuchado que una serie de agencias internacionales han señalado que los pueblos indígenas han sido los grupos menos favorecidos por las políticas de desarrollo. ¿Y no será que las políticas para el desarrollo se han diseñado e implementado desde lógicas monoculturales que, claro, terminaron no sirviendo para ayudar a la diversidad cultural a salir de la situación en la que se encontraban? Resulta paradójico que desde hace varias décadas se viene señalando el valor de generar espacios de participación y de información para que los posibles beneficiarios estén de alguna manera involucrados en lo que se piensa hacer. Pero una cosa es solo hacerles partícipes, y otra es generar espacios de diálogo intercultural, de intercambio entre saberes y culturas en clave pedagógica, en reconocer el valor de la persona desde su diversidad, alejando modelos impositivos y racistas, en apostar por la colaboración y la mancomunidad, en alcanzar consentimientos entre otros temas. El enfoque de interculturalidad exige una nueva forma de hacer las cosas. 

En lo anterior están presentes infinidad de ejemplos en la mejora de procesos y actividades. Desde cómo se manejan y resuelven conflictos sociales, en la manera cómo se atienden a las personas que van a una municipalidad, en la forma cómo se gestiona la venta de un producto, en las dinámicas alrededor de la promoción de una campaña publicitaria, en la forma como se implementa un programa social, en la manera cómo se quieren garantizar el ejercicio de los derechos humanos, en las prácticas de responsabilidad social empresarial, y un largo etc. El enfoque de interculturalidad resulta en algo útil para ayudar a resolver el problema de la funcionalidad y eficacia de acciones que se dirigen a estas poblaciones y que les resultan ajenas. Es práctico para alinear el trabajo antes de relacionarlo con la población. Es la base para conocer a quiénes me dirijo y cómo. La necesidad de su incorporación entonces resulta clave para adecuar lo que hacemos a la realidad diversa cultural a la que nos dirigimos. 


(*) Sobre el autor: Profesor TPA Auxiliar Ordinario de la Pontificia Universidad Católica del Perú PUCP y especialista en derechos humanos y derecho ambiental, en particular en temas de pueblos indígenas vinculados a la gestión territorial, el manejo forestal, el cambio climático, la gestión de reservas para pueblos indígenas en situación de aislamiento, y consulta previa.

Deja una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2025 - IUS 360 | Todos los Derechos Reservados | Diseño por: CYBERNOVA