Escrito por Gustavo Zambrano (*)
La reciente Encuesta nacional realizada por el IEP titulada Percepciones hacia las poblaciones indígenas u originarias – Preguntas Bus, Informe especial preparado para Cooperacción y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, resulta más que reveladora. Los datos estadísticos obtenidos en abril de este año son un reflejo bastante cercano de la realidad nacional sobre qué se sabe de los pueblos indígenas.
A mis alumnos y alumnas de Derecho les digo siempre que cuando estamos frente a datos cuantitativos, data dura, que no solemos manejar en la cotidianeidad, debemos verlos sin miedo y como una fotografía de la realidad. Pero además, reconocer que estos no son números al aire; son el resultado de aplicar metodologías para el recojo de información y la sistematización de la data que permiten obtener resultados sólidos por la seriedad tanto en la preparación sobre lo que se va a hacer como por la manera cómo se procesa toda esta información. Señalo lo anterior, porque elaborar una pregunta y obtener respuestas como las que esta encuesta presenta, deben permitir hacernos una idea sobre lo que opinan las personas acerca de lo que pasa en el país. En este caso, la encuesta nacional refleja la manera cómo se percibe la realidad indígena en el Perú. Y cuando se hacen buenas preguntas, sin sesgos o que buscan llevar a error al encuestado, obtenemos resultados significativos que no podemos obviar en el debate público. Y en este caso, son los mismos peruanos y peruanas quienes al responder nos evidencian cómo se ha entendido y considerado a los pueblos indígenas en el Perú. Veamos algunos de esos resultados.
El 25% de las personas encuestadas no puede precisar cuántos pueblos indígenas hay en el país. Resulta preocupante que un cuarto de la población nacional desconoce la realidad indígena; un número muy similar 26%, son aquellas personas que se autoidentificaron como indígenas según el Censo del 2017, por lo que llama la atención esta brecha entre quienes se identifican y quienes les desconocen, y que en proporción demográfica resultan similares. Y esta situación es marcadamente alta en Lima Metropolitana (26%) y las zonas rurales del país (33%). Frente a este resultado cabe preguntarse ¿porqué no se conoce esta realidad?
El porcentaje de personas que consideran que los pueblos indígenas cuidan los recursos naturales y que sus culturas aportan al futuro de todos es bastante alto en el ámbito del Perú urbano (72%, 7 de cada 10 peruanos/as). Ello es diferente en Lima Metropolitano donde un 26% de personas creen lo contrario. Llama poderosamente la atención en este mismo rubro, personas que consideran que los pueblos indígenas tienen pensamientos y prácticas atrasadas que dificultan el aprovechamiento de los recursos naturales es significativamente elevado entre las personas de nivel socio económico A/B (28%) y las personas entre 18 y 24 años (30%). Resulta significativo, este resultado ya que el 31% de jóvenes entre 18 y 24 años y el 42% de las personas de nivel socio económico A/B saben que hay más de 50 pueblos indígenas en el Perú. Entonces, para estas personas, ¿les reconozco, pero considero que son un atraso? ¿Qué tipo de percepciones se tienen sobre los pueblos indígenas que son reconocidos de esta manera por un número elevado de las personas de ese nivel socio económico y entre los y las jóvenes? Sería muy interesante seguir preguntando sobre por qué se les considera como un retraso.
Resulta alentador ver los resultados del trabajo realizado por el Ministerio de Cultura, en particular, la Dirección de Lenguas Indígenas, para que el 34% de la población nacional considere que la conservación de las lenguas y tradiciones indígenas sea lo más reconocido dentro de todo lo que el Estado peruano promueve en favor de estos pueblos. Está muy posicionado el trabajo no solo de difusión sino de promoción del uso de estas lenguas a nivel nacional; la garantía de los derechos lingüísticos de los y las hablantes ha sido un esfuerzo tremendo que hay que aplaudir. Sin embargo, debe preocuparnos sobre manera que, en este mismo rubro o pregunta, ocupe un segundo lugar la desaparición de las culturas originarias con un 26%, a lo cual habría que agregar un 9% que considera que el Estado no hace nada frente a estos pueblos. ¿Esa es la percepción nacional sobre lo que hace el Estado peruano? ¿Solo trabaja por las lenguas indígenas y luego busca desaparecerlos? Preocupante.
Este tipo de hallazgos representan la punta de un iceberg. A pesar de ser una encuesta pequeña, revela de manera impactante una realidad de la que no podemos alejarnos ni desconocer. Nos muestra que aun hay desconocimiento sobre la realidad indígena a nivel nacional; y si se le reconoce, quedan dudas sobre qué tipo de imaginarios se tienen sobre estos pueblos. En particular en ciertos grupos en quienes este tipo de imágenes no deberían estar presentes. ¿Hay interés en el tema indígena? Existen avances significativos en el trabajo estatal, sobre todo en materia de lenguas indígenas, pero resultan esfuerzos aislados a pesar del inmenso trabajo que se viene haciendo desde hace años en materia de pueblos indígenas desde el Ministerio de Cultura; pero, entonces no ha sido suficiente, o los retrocesos han sido más que los avances, o lo que se ha hecho no ha sido significativo. Asimismo, ¿cómo trabajar el tema indígena cuando sigue estando relegado en la práctica y en el debate púbico? Todo esfuerzo requiere de respaldo político, pero si esas percepciones existen en los y las peruanos, resulta complicado apostar por generar mejores condiciones de vida cuando se tienen este tipo de imaginarios sobre todo en quienes toman decisiones. Finalmente, ¿nos debe de llamar la atención este tipo de resultados? No, pero ahora tenemos la evidencia que acompañará a los discursos.
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(*) Acerca del autor: Profesor TPA Auxiliar Ordinario de la Pontificia Universidad Católica del Perú PUCP y especialista en derechos humanos y derecho ambiental, en particular en temas de pueblos indígenas vinculados a la gestión territorial, el manejo forestal, el cambio climático, la gestión de reservas para pueblos indígenas en situación de aislamiento, y consulta previa.