El fenómeno de la corrupción a nivel mundial se refleja en los medios de comunicación como esas novelas que vemos todos con impaciencia día a día. No se sabe dónde, ni cómo, alguien va a caer. Lo que tampoco se conoce es quién cae por cierto. Es el drama del asesino no identificado.
La FIFA, PETROBRAS, HSBC, el caso Penta en Chile. En fin, los casos parecen ser casi cotidianos y sería muy aburrido entrar al detalle de cada uno de ellos. Algunos son casos evidentes como el de FIFA y otros realmente sorprensivos; de ello efecto de suspenso de esta larga novela mundial.
¿Y en el Perú como va la cuestión?, ¿o es que acaso no hay grandes empresas que no estén involucradas en gran corrupción? Da la sensación que sí, pero que nadie las pone en evidencia. El ejemplo de la FIFA es más que palpable, todos sabíamos que era un ente corrupto pero nadie la descubría. Hasta que pasó.
¿Es alguna casualidad con tintes conspirativos a nivel mundial? Puede ser, pero lo más probable es que los sistemas de detección de la corrupción están empezando a funcionar. Da la impresión que se han vuelto más eficientes. La guerra entonces se está librando en otro campo: el de la prevención.
Es en ese contexto en donde, criollamente hablando, hay que ponerse las pilas. Las empresas no pueden dejar de prevenir el riesgo penal que es absolutamente latente y, hoy por hoy, inminente, para no convertirse en…la próxima víctima.
Fuente de la imagen: psicologiayconsciencia
