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El comercio internacional viene atravesando en estos últimos años, cambios acelerados. La situación económica mundial ha sufrido una fuerte etapa de desaceleración del crecimiento, los mercados han caído, la recuperación no siempre ha sido de la misma proporción que la caída. Según el último estudio del Banco Mundial, el crecimiento global se proyecta que subirá en los próximos años, pero a un ritmo más lento de lo previsto en el 2015. Para el presente año, las proyecciones señalan un crecimiento bastante moderado de las economías.

Por otro lado, el informe Doing Business 2016 nos muestra que más del 60% de las economías del mundo mejoraron la regulación de los negocios a través de la implementación de reformas regulatorias durante el año 2015.

La lectura cruzada de ambos informes, nos lleva a concluir que a pesar de la difícil situación que atraviesan las economías a nivel mundial, los gobiernos están haciendo esfuerzos por mejorar las condiciones para las operaciones de negocios.

En medio de todo este contexto, el papel de las administraciones aduaneras también sufre un cambio importante, un replanteamiento de su misión. Así, históricamente, ha debido pasar del rol recaudador y fiscalizador, al de facilitador del comercio y luego aprender a equilibrar la facilitación y el control. Pero así como los cambios económicos, también han ocurrido sucesos que han hecho dar un vuelco al rol de las aduanas, que han puesto en relieve la vulnerabilidad de la cadena logística y el papel preponderante de las aduanas como puerta de ingreso de las mercancías a los países. Entonces, ya no se trata únicamente de verificar si una mercancía ha sido correctamente clasificada, si está pagando los tributos debidos, si el valor es el realmente pagado o si se ha acogido correctamente a algún acuerdo comercial. Ahora, existe un aspecto sumamente importante por el que debe velar: la seguridad de la cadena logística.

Es en este contexto en el que la Organización Mundial de Aduanas -organismo internacional que reúne no sólo al 99% de las administraciones aduaneras a nivel mundial, sino además a representantes del sector privado- crea el Marco Normativo para Asegurar y Facilitar el Comercio Exterior – Marco SAFE. El SAFE, se materializa en un documento que contiene una serie de estándares, buenas prácticas, recomendaciones y directrices, cuyo objetivo es brindar herramientas a las aduanas que les permita ser eficientes en su papel por facilitar el comercio internacional, en un entorno de seguridad de la cadena logística.

Es dentro del Marco SAFE, que se crea la figura del Operador Económico Autorizado – OEA, el cual es definido como un operador de comercio exterior confiable, aquel reconocido por su propia administración aduanera como una empresa segura al haber cumplido una serie de requisitos dispuestos por su gobierno.

Pero, ¿qué busca la figura del Operador Económico Autorizado? El OEA busca tener una cadena logística segura, con procesos trazables que permitan que cada uno de sus eslabones haya implementado medidas que identifiquen y aminoren los riesgos de que la mercancía sufra alteraciones en su trayecto, alteraciones o incidencias relacionadas con contrabando, terrorismo, narcotráfico, y cualquier otro ilícito asociado al comercio internacional, desde el punto de partida hasta el punto de llegada.

Así, esta cadena logística segura se consigue a través de la certificación de cada uno de los actores que participen en el comercio: productores, exportadores, importadores, agentes de aduana, transportistas, almacenes, etc. Cada empresa certificada como OEA, ha demostrado a la administración aduanera que cumple con los estándares establecidos en el Marco SAFE, según la singularidad de cada país.

El OEA en el Perú fue implementado en el año 2013, y otorga certificaciones a los Exportadores, Agentes de Aduana y Almacenes, que han cumplido satisfactoriamente con los requisitos previstos en las normas correspondientes. A cambio de ella, la SUNAT le otorga beneficios en cuanto a control y simplificación, en sus oficinas aduaneras a nivel nacional.

Pero un aspecto importante de esta figura, es que ésta obedece a estándares internacionales únicos que son los del Marco SAFE de la Organización Mundial de Aduanas. Esto quiere decir que cada uno de los países, que han implementado un programa de Operador Económico Autorizado, posee estándares o criterios similares. Así, el programa OEA de Perú, tiene estándares similares al programa NEEC de México, al programa C-TPAT de los Estados Unidos, al programa OEA de la Unión Europea, al programa PIP de Canadá, y a mas de los 60 programas OEA existentes en el mundo.

Y dado que tiene como origen estándares comunes y que, es además una certificación otorgada por un gobierno a través de su autoridad aduanera, la figura del OEA brinda la posibilidad de que las administraciones aduaneras suscriban Acuerdos de Reconocimiento Mutuo de los programas, de modo que las empresas certificadas como OEA en un país A, puedan acceder a beneficios en las aduanas del país B con quien se suscribió el acuerdo. Esta, es una ventaja que traspasa fronteras.

Dicho esto, los beneficios a los que se accede al ser certificado como OEA, no son sólo aquellos que otorga la aduana de un país a sus empresas certificadas, sino también, los beneficios en otras latitudes. Aunado a ello, están los beneficios que experimenta la empresa a nivel interno al tener sus procesos ordenados, procedimentados, trazables, con riesgos identificados que le permitan implementar medidas preventivas. Esto le permite reducir costos, reducir pérdidas, identificar conspiraciones internas, etc. Existe también un valor intangible que es la imagen, la categoría de socio confiable que le hace alcanzar cierto “status” en su entorno comercial, y que por tanto, eleva sus posibilidades de hacerse más competitivos.

El Perú viene avanzando sostenidamente en la consolidación del programa OEA, y de seguro hay mejoras que implementar, errores que corregir. Pero es importante no perder de vista que el programa OEA se sostiene en el trabajo conjunto entre el sector privado y la administración aduanera, un trabajo conjunto de socios estratégicos, de socios confiables.

La aduana de Perú ya inició el camino, está aprobando en los próximos días mejoras al programa OEA, ya inició los trabajos para la suscripción de los primeros Acuerdos de reconocimiento mutuo, con la aduana de Corea y de Estados Unidos, y próximamente inicia los trabajos para el primer acuerdo de carácter multilateral, con los países de la Alianza del Pacífico.

Sólo en un entorno de confianza y compromiso, se logra el éxito de un programa OEA. Es por ello que el programa OEA a nivel mundial tiene carácter voluntario, pues parte del interés de la propia empresa de velar por su cadena logística. Para las aduanas, el tener socios confiables que han demostrado ser empresas de bajo riesgo, le permite ocupar sus recursos en aquellas empresas de mayor riesgo.

No es una tarea sencilla, pues la desconfianza o más bien la construcción de confianza requiere romper con paradigmas, con cambiar la forma en que se relacionan las aduanas con las empresas, y esta desconfianza se ha ido construyendo, lamentablemente, poco a poco y a través de muchísimos años. Pero en el contexto mundial actual, la lucha contra el comercio ilícito y el incremento de la competitividad, se sostiene a través de un comercio seguro.

Es el comercio seguro hacia donde van las aduanas, hacia donde van dirigidas las medidas de facilitación. No hay retroceso.

Las empresas pueden decidir subirse a la ola o seguir en la marea, es una cuestión de decisión, de perspectiva, de visión, de elección: ¿soy o no soy una empresa confiable?


FUENTE DE IMAGEN: http://www.bestportlogistics.com/

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