*Escrito por Sayra Gálvez, comisionada de IUS 360
Introducción
En medio de la crisis sanitaria mundial, diversos países como República Dominicana, Bolivia, Estados Unidos tienen planeado o ya han celebrado elecciones generales. Uno de ellos es Bielorrusia, país ubicado en Europa Oriental, el cual se ha convertido en el centro de atención de la prensa internacional en estos últimos días. Ello se debe a las cuestionadas elecciones del 9 de agosto que dieron como ganador a Aleksandr Lukashenko, presidente en funciones desde 1994. Cabe resaltar que, tales elecciones fueron celebradas sin observadores independientes y, a razón de ello, la veracidad de los resultados es cuestionada tanto por la oposición, así como por la Unión Europea (a partir de ahora, UE) y organismos internacionales.
En este sentido, se contextualizará el escenario previo al estallido de las protestas, así como los problemas surgidos como denuncias en la falta de transparencia en los comicios y violaciones a los derechos humanos. Asimismo, se analizará las secciones de la Constitución Bielorrusia referente a los principios constitucionales, derechos de los ciudadanos, el sistema electoral, entre otros.
Desarrollo
Luego de la caída de la Unión de República Socialistas Soviéticas (en adelante, URSS), diversos países independientes comenzaron a establecerse, uno de ellos fue Bielorrusia, el cual celebró y ratificó tanto su primera constitución como elecciones democráticas hace 26 años atrás. A pesar de haber estado en contra de la disolución de la URSS, Lukashenko fue elegido por el pueblo bielorruso. Con el paso del tiempo, es importante denotar que su forma de gobierno ha sido descrita como autoritaria, siendo esto afirmado por el propio mandatario: «Mi posición y el Estado nunca me permitirán llegar a ser un dictador, pero gobernar con estilo autoritario es una característica mía y siempre lo he admitido» (citado por la BBC Mundo 2020)[1]. Asimismo, debe resaltarse que, inicialmente, el límite de períodos para ser presidente era solo de dos gobiernos; sin embargo, luego de un referéndum nacional en el 2004, esto fue abolido, lo cual permitió que Lukashenko se presentase a las siguientes elecciones, las cuales ha ganado con la amplia mayoría de los votos.
No obstante, las denuncias de fraude y transgresiones a los derechos fundamentales han sido reportadas en tales comicios, es decir, incluso antes de las protestas actuales. Por tal razón, las relaciones diplomáticas con la UE fueron detenidas en 1997; sin embargo, el mismo Consejo Directivo decidió suspender tales restricciones en 2009, conforme a la resolución N°117 del Parlamento europeo[2]. A pesar de ello, es necesario recalcar que, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), organismo encargado en la supervisión de elecciones nacionales no ha reconocido ninguna de las que se han celebrado en el país desde 1995. Por ende, se demuestran contradicciones entre las instituciones internacionales sobre el escenario político, así como la falta de transparencia de las elecciones en Bielorrusia, lo cual no ha permitido que un apoyo decisivo de otros países pueda ser planificado. Al mismo tiempo, se aprecia que tales controversias denunciadas al gobierno bielorruso son problemas, cuyos cimientos se remontan desde los primeros años de su establecimiento como nación independiente.
Antes de las elecciones del 9 de agosto, miembros de la oposición se habían presentado como la alternativa para enfrentar al régimen autoritario de Lukashenko entre ellas, la profesora y política Svetlana Tikhanóvskaya, quien se presentó como candidata, luego de que su esposo fuera encarcelado por el gobierno actual. De acuerdo a cifras oficiales, el actual mandatario habría ganado con el 80% de votos, pero tanto la oposición como gran parte de la comunidad internacional invalidan los resultados y coinciden que un diálogo entre las fuerzas políticas internas es necesario (La Vanguardia 2020)[3]. Sin embargo, es relevante mencionar que el escenario actual dificulta que lo sugerido suceda, porque la lideresa de la oposición, Svetlana, se encuentra refugiada en Lituania por presiones y amenazas de las autoridades. Así también, la violencia ejercida por las fuerzas policiales a los más de 7000 detenidos demuestra que la postura del gobierno es la de reprimir e infundir miedo en las personas contrarias a su régimen.
A razón de ello, es necesario mencionar que tales represiones son una evidente violación a los derechos fundamentales de toda persona y ciudadano. Por este motivo, tomando en cuenta las altas sospechas de fraude electoral, así como el número de años que los funcionarios estatales han permanecido en el poder, la solución más razonable sería que deban realizarse nuevas elecciones. No obstante, Lukashenko condiciona un cambio de la Constitución aprobado por referéndum y un cese a las protestas para unas posibles elecciones (El País 2020)[4]. De esta forma, tomando en cuenta que el único pedido de los ciudadanos es la celebración de nuevos comicios como se evidencia en las numerosas movilizaciones y huelgas laborales, la medida ideal sería que el gobierno tuviese la predisposición suficiente de convocar nuevos comicios conforme corresponde a ley.
Desde otro punto, si bien la mayoría de la comunidad internacional rechaza la sexta reelección de Lukashenko, mandatarios respaldan los controversiales resultados como el presidente ruso, Vladimir Putin, quien indicó, en caso fuese necesario, enviará apoyo militar (La Vanguardia 2020)[5]. Sin embargo, ello solo conllevaría a que se presenten más casos de violencia excesiva en contra la población, pues las tensiones se incrementarían ante una posible llegada de tropas extranjeras al país. Así también, líderes de la UE han decidido realizar una cumbre extraordinaria para dialogar y buscar soluciones en vista de que la crisis institucional va intensificándose con el paso de los días. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, afirma: «El pueblo de Bielorrusia tiene derecho a decidir su futuro y a elegir a su líder libremente» (El Mundo 2020)[6]. Por lo tanto, si bien los líderes europeos tienen la intención de ser intermediarios en el conflicto bielorruso, lo más recomendable es que se emprendan acciones inmediatas para detener estos casos de violencia policial y amenazas a las personas que no apoyan al gobierno, quienes justamente están reclamando elecciones transparentes con honestos resultados que reflejan el voto popular bielorruso.
En este sentido, se evidencia que las autoridades bielorrusas encabezadas por Lukashenko están vulnerando lo indicado en su Carta Magna, porque las libertades y derechos de las personas son el valor supremo del Estado, siendo el pueblo la única fuente del poder otorgado a los funcionarios estatales (artículos 2 y 3) [traducidos por mí]. A pesar de lo estipulado, se aprecia que los principios de su sistema constitucional no son respetados, puesto que la policía reprime a los manifestantes cuyo derecho a la protesta y libertad expresión no son tomados en consideración. Asimismo, no puede dejarse de lado las actitudes y declaraciones del presidente, las cuales son más de confrontación que de conciliación, de ahí que el rechazo hacia el gobierno bielorruso se haya incrementado en estos días.
Conclusiones
La emergencia sanitaria mundial no debe ser un obstáculo ni herramienta para que el gobierno en funciones en Bielorrusia siga atentando contra los derechos fundamentales de los ciudadanos. Por ello, si las mismas personas reclaman un fraude electoral, el cual incluso haya llevado a que miembros de la oposición deban irse a otro país, el apoyo de la comunidad internacional debe ser en favor de aquellos cuyos derechos son vulnerados, con la finalidad de que sus voces y reclamos puedan ser escuchados. La República de Bielorrusia se encuentra en una crisis total con huelgas y movilizaciones históricas, el auxilio para que los ciudadanos puedan reestablecer la justicia y democracia debe ser inmediato. Asimismo, puede evidenciarse que la Constitución bielorrusa está siendo vulnerada si consideramos que la Constitución de la República de Bielorrusia establece sus principios como Estado, los derechos de los ciudadanos y el sistema electoral
Las protestas se han ido intensificando en todo el país, y la actitud de Lukashenko solo exacerba a los bielorrusos e incita a más violencia y disturbios, mas no aportan alguna solución pacífica a esta situación o un posible diálogo.
[1] BBC Mundo. (2020). Protestas en Bielorrusia: 5 claves para entender las históricas manifestaciones, las mayores en el país desde la caída de la Unión Soviética. Londres: BBC. Recuperado el 17 de agosto del 2020 de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53802607
[2] Unión Europea. (2009). Resolución del Parlamento Europeo sobre Belarús. Diario oficial de la Unión Europea, Belarús, 17 de diciembre de 2009. Recuperado el 18 de agosto del 2020 de https://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:C:2010:286E:0016:0020:ES:PDF
[3] La Vanguardia. (2020). Minsk dice estar listo a dialogar con comunidad internacional en medio crisis. Barcelona: La Vanguardia. Recuperado el 19 de agosto del 2020 de https://www.lavanguardia.com/politica/20200814/482806835282/minsk-dice-estar-listo-a-dialogar-con-comunidad-internacional-en-medio-crisis.html
[4] Sahquillo, María. (2020). Lukashenko maniobra para ganar tiempo ante el auge de las protestas en Bielorrusia. Madrid: El País. Recuperado el 18 de agosto de 2020 de https://elpais.com/internacional/2020-08-17/lukashenko-se-atrinchera-en-el-poder-mientras-las-protestas-se-extienden-en-bielorrusia.html
[5] La Vanguardia. (2020). Putin presta su ayuda a Lukashenko para resolver los “problemas” en Bielorrusia. Barcelona: La Vanguardia. Recuperado el 17 de agosto de 2020 de https://www.lavanguardia.com/internacional/20200816/482862113866/putin-presta-ayuda-lukashenko-resolver-problemas-bielorrusia.html
[6] El Mundo. (2020). Los líderes europeos, convocados a una cumbre extraordinaria para abordar la crisis en Bielorrusia. Madrid: El Mundo. Recuperado el 19 de agosto de 2020 de https://www.elmundo.es/internacional/2020/08/17/5f3a6bbdfdddff934b8b4576.html