IUS360 – El portal jurídico de IUS ET VERITAS

Existe distintos puntos vista sobre la nueva ley universitaria y sus repercusiones directas. No cabe duda que la iniciativa es prioritaria pues es el problema principal al que se enfrenta el Estado: la calidad educativa de la educación superior, y hoy en día, existen indicadores cuantificables que sustentan que los egresados de las escuelas de nivel superior carecen de competencias que las organizaciones demandan actualmente.

Lo primero que se debe de definir es el término de calidad para la educación superior, para ello la propuesta de Nicholson es la más adecuada, está internacionalmente aceptaba y predomina en las instituciones de gran prestigio. Ésta afirma que la calidad en la educación es su capacidad para cumplir con el propósito de cada institución educativa (Nicholson 2011). En ese sentido, la definición genera una flexibilización para que cada escuela de educación superior pueda medir su calidad en términos de su capacidad para cumplir sus objetivos como organización. La interrogante que nace es: ¿las universidades peruanas poseen objetivos viables que generan una diferenciación entre las mismas y evidencien un horizonte hacia el cual se dirigen?

En las siguientes líneas se pretende abordar la calidad de educación superior desde dos aristas; por un lado, la calidad de educación superior y el nuevo órgano de supervisión que propone la nueva ley (Superintendencia Nacional de Educación Universitaria, desde ahora SUNEU) y, por otro lado, la gestión interna que poseen distintas universidades con miras a los siguientes años en función de la calidad educativa.

Desde el primer punto de vista es necesario plasmar cuál es el contexto actual de la calidad de educación superior. Ante ello, existen dos factores que pueden evidenciar de forma concisa la decreciente calidad que han tenido las escuelas de este nivel.

a.      El subempleo de los egresados universitarios en los últimos años, según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), ha crecido. Para el año 2004, el subempleo de la población entre 24 y 45 años sobre la población económicamente activa (PEA) era del 29%, y para el año 2010 es de 35%.

b.      En la última década ha habido un mayor acceso universitario. En el año 2000, el 33% de los jóvenes se matricularon en una universidad privada, mientras que en el año 2010, el porcentaje fue de 56%. Sin embargo, al comparar la diferencia de las habilidades cognitivas de individuos que tienen menos de 30 años después del año 2000, se evidencia que estas han disminuido.(Yamada 2013)

Frente a esta realidad, la nueva ley de reforma universitaria propone, dentro de otras medidas, al SUNEU como ente regulador y supervisor de la calidad de las instituciones de educación superior y poder hacer frente a tales cifras que se acrecientan. Hay un amplio debate con respecto a si es que ésta es la mejor manera de supervisar la calidad de las instituciones de educación superior, se argumenta que se ha tratado de copiar modelos internacionales tanto de nuestra región como de otros continentes, que tienen instituciones independientes que velan por la calidad de la educación. Sin embargo, hay grandes diferencias, pues en estas naciones el aparato estatal funciona y está institucionalizado, como es el caso de Chile, Colombia, Argentina, Inglaterra o Finlandia. Aunado a ello, si lo que se busca es tener un aparato regulador eficiente, se debería de proponer cambios en su estructura organizativa, perfiles profesionales y características de gestión para su debate,  lamentablemente esto no se manifiesta en la actual ley.  Cabe que pueda resultar ser un ente regulador eficiente, como lo han demostrado organismos estatales independientes de otros órganos estatales, pero el cuestionamiento queda latente porque no se cuentan con especialistas en educación superior en el Perú.

La otra arista a tomar en cuenta, que muy pocos han tocado, es la gestión interna de las universidades privadas y públicas, que no es parte de la problemática de un contexto determinado, sino de una análisis interno de las universidades.

No todas las universidades, y menos aún otras instituciones de educación superior, deben apuntar hacia los mismos objetivos. La experiencia internacional sustenta que existen excelentes universidades tipificadas. Algunas son especialistas en aplicación tecnológica (también llamados politécnicos),  otras avocadas al desarrollo de la docencia, existen también los community colleges, como también las universidades abiertas. Y por otro lado, existen las que se dedican a la investigación y generación del conocimiento, que han tomado el liderazgo en cuanto al modelo a seguir y que Jamil Salmi llama universidades de rango mundial.

Lo que se rescata del modelo que Jamil Salmi es que, efectivamente, una universidad de rango mundial busca no solo mejorar la calidad de la enseñanza y la investigación, sino también, y probablemente lo más importante, desarrollar la capacidad que se necesita para competir en el mercado mundial de la educación terciaria mediante la adquisición y creación de conocimiento avanzados (Salmi 2009). En el caso peruano, es probable que las universidades más prestigiosas como la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad Nacional de Ingeniería, la Universidad Peruana Cayetano Heredia o la Universidad del Pacifico, entre algunas de las que se pueden mencionar, tengan un plan estratégico que sustente la propuesta de Salmi. Sin embargo, en el país existen más de un ciento de universidades. Queda el cuestionamiento de saber si  todas las universidades peruanas restantes saben a dónde desean llegar como instituciones educativas.

El modelo que presenta Salmi está sustentado tras un estudio mundial de las capacidades que necesitan las organizaciones, y en ese sentido las universidades deberían sustentarse en tres pilares: a) una alta concentración de talento (profesores y estudiantes), b) abundantes recursos para ofrecer un fértil ambiente de aprendizaje y para llevar a cabo investigaciones avanzadas, y c) características favorables de gobernabilidad que fomenten una visión estratégica, innovación y flexibilidad, y que permitan que las instituciones tomen decisiones y administren sus recursos sin ser obstaculizadas por la burocracia. (Salmi 2009)

Se puede concluir entonces, que existe una problemática que se percibe dentro de la sociedad peruana y que, ante ello, la Ley Universitaria es pertinente, pero se duda de las competencias del Estado para saber regularlo. Por otro lado, existe una problemática que no atiende la ley, que es la generación de universidades de rango mundial (como lo están haciendo muchos países de la región) que finalmente son las que generan el rumbo y forman un camino hacia una correcta formación de profesionales que atiendan las necesidades de la sociedad.


BIBLIOGRAFÍA

NICHOLSON, Karen

2011                     Quality Assurance in Higher Education: A review of the Literature. Council of Ontario Universities Degree Level Expectations Project. Ontario: McMaster University

YAMADA, Gustavo y Juan Francisco CASTRO

2013                      Calidad y acreditación de la educación superior: retos urgentes para el Perú. Lima: Universidad del Pacífico: Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior Universitaria.

SALMI, Yamil

2009                      El desafío de crear universidades de rango mundial. Washington DC, USA.The International Bank for Reconstruction and Development/The World Bank.


Deja una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Copyright © 2025 - IUS 360 | Todos los Derechos Reservados | Diseño por: CYBERNOVA